domingo, 15 de abril de 2007

LA FALTA NO SE MARCHA


Al niño que todos debiéramos ser....
a RC, si hubiera justicia, más que letrista, poeta popular. Y de los grandes, si no fijate:

"Al marchar, no queremos dar consejos,
ni mensajes, ni frases rimbombantes...
sólo decir que todo canta siempre,
la voz que esta presente y la distante...
y el día en que emudezcan las guitarras
y ningun instrumento esté sonando...
quedará la garganta enronquecida
rumbo a la madrugada, caminando...



En mi Montevideo natal, la divulgación del pensamiento de la gente comun ante hechos sociales. políticos y culturales, la crítica de esos mismos hechos, corre por cuenta de un grupo de tipos tocados por la varita mágica, que a lo largo de los años se han hecho eco de la voz del pueblo, traduciéndola a un leguaje común, fácilmente compresible para todos, y convirtiéndose ellos mismos en parte del acervo popular: los murguistas. Y más aun, los letristas de las murgas. Para mi, poetas populares. Muchos fueron portadores de los estandartes libertarios, desenmascararon la hipocresía de los gobernantes de turno y desde su trinchera también combatieron con sus armas, (bombo, redoblante, platillos, voz e ingenio) en las épocas aciagas.Forman una corte de elegidos en el único sitio en el que, hasta los no creyentes van a comulgar: el templo de Momo, el dios de la burla y el escarnio. Cada febrero, estos acólitos payasos, se toman vacaciones de sus trabajos habituales, salen de entre la multitud en la que fueron, cada uno, uno más el resto del año, se cuelgan los hábitos de rigor, pintan sus caras, suben al escenario y al grito de TREEEE...se largan a cantar. Las penas, las alegrías, cantan. Al amor, a la risa, a la indiferencia le cantan...a la vida.



"dicen que la murga es,
un bombo y un redoblante.
La murga es viento de voces
que te impulsa hacia adelante...


El tipo era vecino del barrio Capurro. "Paraba" en la cantina del Fenix y cuando comenzaba el carnaval y el club instalaba el tablado, actuaba de portero, tal vez por algunas grappas de arriba. Para los botijas (pibes) que nos arremolinábamos en derredor de la puerta, sin un mango para la entrada, era el cancerbero implacable, el odioso que nos separaba de la diversión nocturna...no había forma de colarse por ningún lado, los fondos estaban alambrados, por la sede no te dejaban pasar, sólo sobrevivía ese resquicio para entrar al templo, pero exigía un diezmo...que no teníamos. Sin embargo, yo contaba con un as en la manga...o mejor, dos. El tipo era padre de una compañerita de la escuela, y compañero él mismo de beberaje de mi tío Tito. Con estas ventajas sobre los que como yo esperaban un gesto de benevolencia (que nos dejara entrar sin pagar) aguardaba tranquilo. En un momento escucho la voz del tipo que preguntaba..."che, no vas a entrar a buscar al Pepe, vos? Fue decepcionante, porque parecía que me hablaba a mi (franqueándome la entrada con una argucia:"ir a buscar al Pepe") pero estaba mirando a otro pibe...hasta que siento un empujón a mis espaldas y alguien me dice...nabo, a vos te habla. Si, pero miró a otro, dije yo. No papafrita, no te das cuenta que es bizco!! Ahi si, reaccioné y me fui a la carrera..."a buscar al Pepe"...
Tendría unos ocho años y poco y nada entendía de las cosas que cantaban los murguistas sobre el escenario. La fascinación venía al finalizar la actuación, porque ahi, cuando los tipos bajaban para retirarse, los acosábamos para que nos "pintaran" la cara. Esa era la gracia y de vez en cuando alguno accedía...se agachaba, apoyaba consecutivamente las mejillas en las tuyas (como un beso europeo) y zas! quedaba reproducido en tu cara el dibujo que portara (una luna, una estrella, un pájaro...) La noche estaba hecha: entrar sin pagar, llevarte la cara pintada...


Tres décadas y pico más tarde, "La Falta" de Raúl Castro tiene una actuación memorable en el Luna Park, vienen con el Canario Luna de invitado y la rompen. Castro anuncia el nacimiento de su nieta (no me acuerdo si era la primera) y su hijo Felipe, padre de la niña, también estaba en el escenario.El clima es de fiesta total. Ni que decir que habíamos roto la chanchita, quemamos las naves y estábamos ahi en primera fila. Juana Margarita, mi quinta hija, en camino, se bamboleaba dentro de la panza de la mamá que bailaba conmigo y con nosotros todo el estadio. De pronto, entre la multitud de voces, escuché una como un eco lejano dentro mío, que decía..."che, no vas a buscar al Pepe, vos?. Ni lo dudé...me trepé a los baffles, gigantescos y de un salto estaba en el escenario, lo encaré al hijo de Raúl Castro en medio de la actuación y le dije: , pintame la cara. Murguero de raza, entendió enseguida. Vio a un botija, de ocho años, y no al cuarentón que tenía enfrente, me tomó de los hombros y me pasó su dibujo.
La madrugada sorprendió a dos personajes caminando por Corrientes: una embarazada descalza y un tipo con la cara pintada que desafinaba como los murguistas de antaño. Iban bailando aun, ajenos a cuanto los rodeara.
Estaba feliz, pero por dentro iba pensando como rellenar el agujero en el presupuesto: en el Luna no había portero bizco, y hubo que "ponerse" groso para estar en fila uno. Pero en seguida me dije que, como en el truco, lo que cuesta vale. Me miré al pasar en una vidriera, y sonreí de buena gana: me di cuenta que en el escenario, además de la cara, me habían pintado el alma.

...un verso que surge claro
y que queda entre la gente
es mucho más importante
que un cantar grandilocuente...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Amigo, su relato me confirma que vale la pena, que la vida es maravillosa, que el amor por una utopía puede llevarte a ella. Gracias. Con emociones como la tuya y de tu familia, este humilde letrista de murga alimenta su alma. Gracias por tu arte. Gracias por tu poesía. Para siempre gracias. Salú.
Raúl Castro.

osky dijo...

Estimado señor: que haya dedicado parte de su tiempo para leer ese relato y luego contestarme, no hacen sino hablar de la grandeza de su persona! Ya conocía su dimensión de artista. Ahora confirmo mi impresión de su tamaño humano! No podía ser menos, habida cuenta de la sensibilidad de su alma.

La historia, terminó mal. Con la tristeza de las despedidas, un año después de ese episodio en el Luna, tomamos caminos diferentes con mi compañera de entonces. Mis 3 hijos más pequeños viven ahora en Tacuarembó, donde viajo mensualmente para verlos. Eso forma parte de la grisura que a veces adopta la vida. Pero me quedo con lo otro, lo que vale la pena rescatar,los colores de esa noche, esas manos del cuadro, que son las suyas, y que son su voz, la de todos sus muchachos, las de mi hijos, las de los que elegimos vivir y dar vida, ...

No le quito más tiempo. Sepa tan sólo que al leerlo la emoción me dejó un nudo en la garganta.

Ojalá algun día se cruzaran nuestros caminos y ese ¡salu! con que usted se despidió tenga un vaso de por medio!

atentamente

Oscar Oliveri

Anónimo dijo...
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Sylvia dijo...

Estuve mirando por milésima vez tus pinturas...y me encontré con algunos cambios en tu blog...como esa foto de tus bíceps tatuados con los 5 tesoros de tu vida. Está muy bien, hay que renovar las publicaciones, si no el blog pierde atractivo...
Besitos
Sylvia.
http://todoarte-sylvia.blogspot.com